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Caso real de mala gesión de la motivación II – Conclusiones.

La semana pasada en la exposición de nuestro caso de estudio vimos cómo el noble empleado Noé Brown perdió su motivación durante el transcurso de un importante proyecto.

Desde un punto de vista psicológico la motivación suele ir de la mano de dos conceptos: interés y voluntad. Nuestro ejemplo estaba claramente exagerado por razones literarias pero hoy al analizarlo veremos que Mr. God no supo gestionar estos conceptos adecuadamente y que sus errores en la gestión, voluntaria o involuntariamente, son más comunes de lo que nos gustaría.

Teniendo en cuenta el referente divino en el que se basa nuestro personaje suena un poco pretencioso esto que voy a decir: hoy veremos qué podría haber hecho mejor Mr. God.

 

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1-¿Con qué motivos motivas?

Cuando Mr. God acudió al sitio de Noé para asignarle el proyecto del Diluvio e intentó narrarle las excelencias del mismo no se preocupó por los intereses de su empleado. ¿Quería Noé trabajar en un proyecto universal? ¿Quería formar parte de la comisión ejecutiva de esa reorganización?
Si pretendemos motivar a alguien mediante la asignación de un proyecto tenemos que asegurarnos que éste obedece a los intereses del aludido no a los nuestros propios. La teoría dice que lo correcto es indagar primero sobre qué motiva a nuestros empleados, en la práctica muchas veces asumimos erróneamente que lo que nos motiva a nosotros les motivará a ellos.

2-No te creas más listo que tus empleados.

Sobre este concepto ya hemos hablado largo y tendido en este blog, pero por supuesto en nuestro caso de estudio también aparece este error tan recurrente. Mr. God llega hablando de un proyecto global y de una gestión de una reorganización cuando en realidad lo que está asignando a Noe es una tarea que no tiene nada de estratégica y es 100% artesana: recopilar especies animales y meterlas en un barco.
Noé, un empleado MI, al sentirse subestimado por su jefe siente como su voluntad (alta por defecto en este tipo de empleado) se va socavando.

3-Escucha y actúa en consecuencia.

Noé advierte a Mr. God sobre la imposibilidad de meter en el arca especies de la zona EMEA. Sus argumentos parecen bastante razonables y sin embargo… ¿Cuál es el mayor error que comete este jefe? No escucha.
No hay nada más contraproducente contra la voluntad, que es un concepto muy ligado al ego, que el sentirse ignorado. Es posible que Mr. God no hubiese podido cambiar los requisitos del proyecto, pero desde luego la observación de Noé merece algún tipo de repuesta preferiblemente en forma de recursos para el proyecto o adecuación de la tarea, y siempre, siempre, siempre… como mínimo, una respuesta de comprensión autentica sobre las preocupaciones de nuestro empleado.

4-Conciliación.

Mr. God muestra muy poco respeto por el equilibrio entre la parte laboral y la parte personal de la vida de su empleado… hasta tal punto que incluso le pide que se cargue a su mascota. Si de algo habla nuestro entorno personal es de nuestros valores, no respetarlos por tanto los ataca directamente e impacta negativamente en el nivel de motivación.

5-La estrategia de asignación cebolla hará llorar a tus empleados. Transparencia.

La trasparencia es siempre clave en la gestión de la motivación. En nuestro caso parecía que según se iba acabando una capa del proyecto surgía otra nueva como si de una cebolla se tratase. A veces sentimos que las malas noticias en cuanto al tamaño de una tarea si se administran poco a poco son menos malas, cuando es todo lo contrario. Una persona adulta prefiere saber qué es lo que tiene entre manos para así poder organizarse mejor.

 

Indagar en los intereses de tus empleados, no subestimarlos, escucharlos, respetar la conciliación laboral y ser trasparentes son cinco prácticas sencillas mediante las cuales se puede acceder a una buena gestión de la motivación. No atender a ellas, como le sucedió a Mr God, te puede llevar a cometer errores de proporciones bíblicas que acaben con la motivación hasta del mejor colaborador.

Jesús Garzás

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