Que la retribución flexible es uno de los mejores ejemplos de iniciativa ganar-ganar para empresa y empleado es innegable. Que su impacto en el compromiso de la plantilla es más tibio de lo que debiera ser es algo que tampoco me ofrece margen de dudas, al menos en los entornos que yo conozco.
Puedo hablar desde mi experiencia de empleado, pues he gozado durante mucho tiempo de retribución flexible, y además creo que aproveché al máximo este beneficio en muchas de sus variedades: guardería, renting de coche, acciones…. Sin embargo nunca dejó de sorprenderme cómo algunos compañeros la miraban de soslayo sin utilizarla y otros, aún aprovechándose de ella, no le daban la mayor importancia.
Supongo que esto sucede porque no en todas las modalidades de la retribución flexible las ventajas son tan evidentes como con los tickets restaurante y puede haber trabajadores que no sepan apreciarlas e incluso, ante la duda, desaprovechen esa oportunidad que se les brinda pudiendo, en algún caso, hasta desconfíar de ella. Esto se puede achacar simplemente a una mala comunicación. No obstante, voy a ponerme las gafas de ver de cerca y profundizar un poco, porque la distancia puede ser clave en este tema.