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Ventajas y desventajas de trabajar desde casa

El año del gran experimento (sin gaseosa) del trabajo en remoto está llegando a su fin.  Las condiciones a las que hemos sido sometidos los conejillos de indias han sido extraordinarias. Por tanto, es recomendable adoptar una actitud cauta a la hora de extraer conclusiones, aunque no por ello vamos a dejar de sacarlas. Más si cuando lo que se pretende, como es mi caso, es invitar a la reflexión, no crear un tratado de referencia universal.

El otro sesgo importante a la hora de hacer balance son las variables con las que cada uno hemos afrontado esta situación. No todas son extrapolables al resto, por tanto, advierto que, aunque al hacer este ejercicio voy a intentar situarme desde la generalidad, seguramente me va a resultar complicado no estar medianamente influenciado por mi experiencia personal.

casa

 

Cosas positivas que hemos confirmado o descubierto sobre el teletrabajo

  • El medio ambiente, el gran beneficiado:  Hace tiempo que hay una amenaza, rondando nuestras cabezas, mucho más peligrosa que un virus para el planeta: el cambio climático. Y, como el coronavirus, me temo que no nos lo tomaremos en serio hasta que sea demasiado tarde.  Esta pandemia ha servido para demostrar que sí podemos hacer cambios que disminuyan los niveles de contaminación y de emisiones de gases nocivos a la atmósfera de manera contundente. Que acciones como “la hora del planeta” no eran suficientes.  Cuando esta pandemia pase sería un error volver a la situación anterior. El número de desplazamientos innecesarios a la oficina, y de viajes que pueden ser sustituidos por una videoconferencia, deberían reducirse ostensiblemente.
  • Golpe al aborregamiento: Relacionado con el punto anterior, hay una sensación que a mí como ser humano me hace sentir impotencia y me lleva siempre a la reflexión, una sensación que no he experimentado (o lo he hecho eventualmente) en los últimos meses: sentirme atrapado en un atasco o empaquetado en un vagón de metro abarrotado en hora punta. Sentirme parte de un rebaño con las neuronas en modo pausa. No sólo hay que darle una vuelta a la presencialidad, sino también a los horarios. Es obvio que necesitamos trabajar en una franja común para interrelacionarnos, pero ni es cierto para todo el mundo, ni tiene sentido que la hora de comienzo y final sea la misma para todos por igual.  La personalización de la jornada laboral surge como una tendencia a desarrollar con el objetivo de humanizarnos más y conciliar mejor.

  • La productividad ha mejorado:  Para aquellos sectores que han tenido la suerte de poder mantener su actividad en niveles cercanos a los meses anteriores a la pandemia, lo datos que estoy leyendo me llevan a la conclusión de que el confinamiento ha impulsado la productividad al alza. Las personas responsables, que siempre he defendido que son mayoría, han trabajado más: menos pausas que en la oficina, más tendencia a alargar la jornada e incluso cierto síndrome de “que nadie piense mal de mí” que les ha podido llevar a tener delante el ordenador durante la comida o incluso en el baño, porque no puede soportar la sensación de abandonar el puesto de trabajo y volver y descubrir varios mensajes sin contestar (este síndrome lo revisaremos más a fondo cuando revisemos la cosas negativas). Es posible que las personas poco responsables (que son minoría) hayan trabajado menos desde casa, pero… ¿Sabéis qué pasa? Que el impacto es mínimo, porque en la oficina tampoco su rendimiento era el mejor. En lenguaje coloquial: realmente se han tocado las narices igual que antes, pero sin tener que disimular.
  • La dieta:  Sin duda alguna trabajar desde casa nos ha dado la oportunidad, que no todo el mundo ha querido o podido aprovechar, de comer más sano.  Producto de calidad de supermercado en detrimento de los menús de hostelería, a los que suele ser más cómodo recurrir cuando estás en la oficina, pero que llevan asociada una ingesta extra de calorías.

 

Cosas negativas:

  • Las relaciones sociales:  En las películas del oeste una buena relación necesita de una pelea en equipo en el saloon para evolucionar a otro nivel. En las empresas pasa lo mismo con las sobremesas de las comidas o las veladas de las salidas informales, son el lugar donde se moldean las afinidades y se fraguan las amistades. Y esos puntos de encuentro han desaparecido este año. Las nuevas tecnologías han ayudado a paliar la falta de contacto físico… pero creo que todos en mayor o menor medida sentimos que nos falta algo, que hemos bajado uno o dos puntos en la escala de calidad de las relaciones puramente humanas. Un emoticono de Teams como reacción a una broma mola, pero sacarle una sonrisa a alguien y ser testigo es otro nivel.
  • El efecto “día de la marmota” agota.  Agravado por los confinamientos o semi confinamientos de la pandemia, este efecto es la sensación de que todos los días son parecidos, que apenas sales del espacio reducido conformado por las paredes de tu casa, que de repente es también tu oficina.  Esta sensación lleva asociado un cansancio mental que con el paso del tiempo se van haciendo más manifiesto. En estos tiempos salir al exterior más que una opción para disfrutar del tiempo libre, se ha convertido en una necesidad para conseguir desconectar.
  • El síndrome de “esto es el colmo”: Para un minuto que voy a la cocina tengo dos llamadas perdidas.  Esa sensación de que por estar en casa tengo que estar siempre disponible. Los tiempos de pausa en la oficina suelen ser compartidos o, como mínimo, con los compañeros como testigos. Sin embargo, en la soledad de tu hogar, para aquellas personas con un alto nivel de compromiso y responsabilidad, se acentúa el sentido de culpabilidad cuando no están al cien por cien conectadas, incluso en la pausa para comer se produce una sensación de desasosiego si el portátil o el móvil empiezan a emitir sonidos que invitan a consultar qué está pasando.  Las pausas en el trabajo son sanas para refrescar ideas y reactivarnos, y sin embargo las pausas en el trabajo desde casa, en muchos casos, no son tales porque no puedes evitar seguir con un ojo pendiente de lo que ocurre en tu ordenador.

 

 

Zona neutra:

  • La conciliación: Qué mezcla de sensaciones encontradas tengo sobre este punto que, en mis pasadas experiencia de teletrabajo, coyunturales y espaciadas en el tiempo, siempre pensé que era la clara ventaja de trabajar desde casa. La bonita sensación de estar rodeado de los tuyos frente a la frustración de no poder hacerles caso, especialmente cuando es un pequeño quién lo demanda. La comodidad de no tener que desplazarte al trabajo, versus la incomodidad (especialmente para los que vivimos en pisos normales o pequeños) de sentir que nunca puedes abandonarlo del todo. La sensación de tener tu vida personal al alcance de la mano frente a la omnipresencia del trabajo que suele llevarse el mayor protagonismo.

 

Está claro que se abren nuevos tiempos para el teletrabajo, y que más allá de una nueva legislación al respecto, por supuesto necesaria, necesita de un ejercicio de reflexión personal seguido de un contrato social que nos ayude a todas a convivir y a conciliar satisfactoriamente en este nuevo modelo.

El teletrabajo es una gran oportunidad para empresas y trabajadores, y quizás el reto es encontrar entornos personalizados de trabajo que aúnen los intereses de ambos, a la vez que los nuevos usos y costumbres asociados a este modelo se normalizan en nuestra sociedad. Es hora de conformar espacios físicos y mentales claramente parcelados que permitan una mayor eficiencia y un mayor nivel de bienestar, de apostar por modelos mixtos que permitan la transición hacia un futuro en el que nos hemos visto inmersos de repente sin quizás tener la preparación adecuada.

¿Y tú, qué ventajas y desventajas has encontrado en esta experiencia? ¿Hacia dónde crees que debería evolucionar el teletrabajo?

 

 

Work from Home Mum by Gan Khoon Lay from the Noun Project

Jesús Garzás

2 Comments

  1. Gracias Jesús para la reflexión colectiva no todo es blanco ni todo negro. Pero en mi caso me gusta la separación del espacio de trabajo y el espacio personal, con el teletrabajo me siento invadida. Porque no mejorar el trabajo presencial? Reducir reuniones interminables, etc….

    • Estoy de acuerdo contigo, Rosa. En mi mundo ideal el teletrabajo me gustaría hacerlo en un co-working al lado de casa para poder tener conciliación y separación de espacios… A esta fórmula le falta el contacto con los compañeros… y ahí entrarían en juego unas oficinas centrales con espacio sobre todo para reuniones físicas, que estarían muy acotadas (1 o 2 veces por semana). Parte del dinero que la empresa se ahorre en espacio de oficina y en consumo de luz, lo puede utilizar en financiar el alquiler de espacio de co-working, y la otra parte la pone el empleado con lo que sea ahorra en desplazamientos :)

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