La gratitud siempre ha sido una cualidad que he valorado en los demás, pero desde que escribo “En buena compañía” la apreció aún más. Y, lo más importante, creo que escribir aquí me está ayudando a desarrollarla. Me siento una persona un poco mejor (sin exagerar), porque me habéis hecho ser más agradecido.
Gracias por hacer que este blog haya cumplido tres años.
Al principio el blog nació como un proyecto personal, pero poco a poco, con el tiempo estoy más convencido que es un proyecto vuestro, de los que lo leéis. Cuando tienes una semana hasta arriba de trabajo y decides que el miércoles vas a trasnochar para llegar a tiempo a tu publicación del jueves, a quien tienes en mente es a los lectores.
Los principios siempre son duros en los mundos blogueros. Las primeras semanas te arropan los amigos, pero al poco tiempo se van cansando, y llega un momento de travesía en el desierto. Cada vez que publicas un post sientes como tus tuits generan eco porque más que publicarlos, los lanzas al vacío.
Por eso cuando surgen los primeros seguidores auténticos, los que están aquí por lo que escribes y no por quién eres, lo que brota por tus poros de manera pura y espontanea es agradecimiento. Y es una sensación tan acogedora como una manta que te cubre en una noche de invierno.
Pero lo mejor de la gratitud es que incita a la generosidad, te empuja a dar lo que has recibido. La gratitud es el combustible (si no el único, uno de los más eficientes) para hacer un mundo mejor.
Quizás me sale este post así porque estoy en una crisis bloguera… A ver, me voy a explicar para que me entendáis bien. Sigo disfrutando cada semana escribiendo, y no me importa echar esos esprints de miércoles de vez en cuando…. Pero también siento que este ritmo de publicación semanal me obliga a postergar indefinidamente otros proyectos literarios. No quiero quitarle tiempo a mi hijo, y me resulta difícil quitárselo a mi trabajo, ya lo he rebajado últimamente (a mi pesar) a mi interacción (lectura) en redes sociales… así cuando pienso en una nueva idea (y tengo unas cuantas en espera) el único camino para darle salida es quitarme horas de sueño o quitarme horas de blog.
Empiezo a sospechar que “En buena compañía” es un aliado de la procrastinación (me encanta usar este palabro) de mis otros proyectos que tienen que ver con mi faceta de escritor. Así que creo que más temprano que tarde reduciré mi ritmo de publicación para quitarles excusas a los saboteadores internos.
Por eso al llegar este tercer aniversario, y con la idea de reducir publicaciones rondándome la cabeza, me ha venido con más fuerzas aún si cabe la palabra “Gracias”. Son más de 150 posts ya, y no pienso parar mientras sigáis al otro lado. Pero si me veis bajar el ritmo en los próximos meses, que sepáis que es por mí, no por vosotros.
Gracias por vuestras lecturas, gracias por vuestros comentarios, gracias por vuestra fidelidad, gracias por enseñarme a valorar aún más la gratitud y hacerme un poco mejor persona.
En este tercer aniversario las velas me toca soplarlas a mí, pero que sepáis que los mejores deseos son para vosotros.
Muchísimas gracias de todo corazón.
Birthday Cake by Loren Klein from the Noun Project
Hola amigo Jesús. Muchas Felicidades por tener y mantener tan buen Blog, durante tres años. Con un nombre muy sugerente y original, has sabido plasmar tus útiles e inspiradoras ideas, sobre la gestión de RRHH. Se dice fácil, pero escribir con la frecuencia y calidad, que los has hecho, es un gran m’erito. Un abrazo y esperamos muchos buenos momentos más.
Muchas gracias, Juan Carlos!!. Siempre has sido un lector habitual, y los lectores habituales habéis sido los que habéis hecho posible que publique con tanta frecuencia.