Cuando pienso en el futuro laboral de mi hijo de 6 años, me resulta complicado adivinar qué opciones tendrá en el mercado en 15 o 20 años.
Espero que me deje poner mi experiencia como orientador a su servicio para ayudarle a dirimir las primeras incógnitas: ¿qué es lo que más le gusta? ¿Qué actividad está más alineada con sus valores?
Eso será un buen punto de partida para comenzar su andadura profesional, pero a partir de ahí, de entre las herramientas / competencias que le harán más confortable ese viaje, surge una que se me antoja imprescindible: la gestión de la incertidumbre.