Quizás mis últimos posts sobre el mundo “agile” me obliguen a empezar esta entrada con una aclaración. En este caso cuando hablo de “ágil” no me refiero a la famosa metodología. Aquí simplemente uso esta palabra con el significado que viene de serie en el diccionario: alguien (que gestiona personas) y que se debe mover con soltura y rapidez.
Hoy quiero hablar de una competencia de liderazgo, la agilidad, que, más que recomendable, es necesaria en estos tiempos que corren.