Los que nos dedicamos a temas de formación reconocemos una característica muy clara que distingue a las personas de la IA generativa: El hambre de aprender.´
Una IA generativa aprende más cosas, a más velocidad, y las retiene con más facilidad y por más tiempo (concretamente hasta la eternidad) pero no muestra apetito por el aprendizaje. Es su caso, simplemente, como diría Jessica Rabbit, “es que la han dibujado así”
¿Por qué aprender si ya van a aprender las máquinas por nosotros? Esta pregunta capciosa que se repite cada vez más ante los avances de la inteligencia artificial, se responde a la gallega, con otra pregunta, una que alguno ya se hacía de pequeño en el colegio: ¿Para qué quiero saber cómo multiplicar si ya lo hace por mí la calculadora?
Aprender, más que nunca, debe ser una constante vital: entrena nuestro cerebro, nos mantiene al día, activa conexiones neuronales previamente inexistentes y, si el aprendizaje ha sido bien diseñado, hasta divierte y entretiene.
Todo aquello que aprendemos ensancha el canuto por el que contemplamos el universo y por tanto nos abre la puerta a nuevas oportunidades de crecimiento personal y profesional. Cuando nos negamos a adquirir un conocimiento, por soberbia o por desprecio, estamos robando una oportunidad a nuestro futuro.
La IA en particular, y la tecnología en general no son rivales, ni mucho menos alternativas simples (consultoría exprés) a la formación, sino que serán cada vez mejores compañeras de viaje en el arte de aprender, usando el nombre comercial que tanto sonará este año, serán nuestro copiloto. El destino lo debemos de marcar nosotros en función de nuestros intereses o necesidades, nuestro copiloto IA nos ayudará a encontrar la mejor ruta en el mapa, pero a la hora de avanzar deberíamos estar empujados por un motor cuyo combustible no es otro que ese hambre de aprender.
En el menú del aprendizaje lo que han traído las nuevas tecnologías son diferentes formas de cocinar, de presentar, y de consumir el conocimiento. Lo que hace una metodología mejor o peor no es la metodología en sí misma, son las necesidades y los gustos del consumidor. La clave en está en explorar la carta hasta dar con nuestro plato ideal.
Llevamos ya unos años hablando de los entornos personales de aprendizaje (PLE en sus siglas inglesas), pero posiblemente la IA pueda empujarlos a una nueva dimensión. La tecnología a poco que pongamos interés aparece como aliado y no como rival, como el sastre que nos ayuda a confeccionar un traje a medida de nuestro aprendizaje. Que nos ayuda a evaluar nuestro conocimiento técnico y mostrarnos con mayor claridad nuestros siguientes pasos, o que puede identificar nuestros intereses y traer a nuestro entorno algo que había quedado fuera de nuestro radar.
Mirar con desdén a la IA generativa o ignorar las ventajas que nos pueden traer las nuevas tecnologías no es apostar por el aprendizaje tradicional, es apostar por aprender menos y con menor calidad.
La paradoja constante del aprendizaje es que para aprender mejor debemos desaprender antes. Y esto aplica también a cómo aprendemos.
Para aprender debemos despojarnos de prejuicios, de perezas, de hábitos improductivos que acaban por convertirse en usureros de nuestro tiempo. Y esto es tarea más complicada que el aprendizaje en sí.
El hambre de aprendizaje tiene como enemigo la propia ansia, las prisas, el no pararnos a pensar para descubrir nuevos caminos que nos lleven de forma óptima al mismo sitio.
Sea por deleite, por cultura, por estar al día, o por dar un salto de calidad en un área concreta de conocimiento…. Para cada propósito habrá un tipo de aprendizaje que se adapte mejor a nosotros (y a nuestras circunstancias, que diría Ortega). Es ahí donde la IA, desde su puesto de copiloto, nos puede ayudar a marcar el camino y a llegar más pronto a nuestro destino.
Amanece en un futuro lleno de nuevos posibles aprendizajes, como diría aquel famoso copiloto humano, “trata de arrancarlo”
Post data: La imagen que ilustra este post está construida con Microsoft designer, me he divertido un rato jugando a pedirle diseños que representasen el concepto de copiloto IA de aprendizaje … os dejo aquí alguna de sus sugerencias descartadas, alguna llama la atención más que otras