Cuando aquello que persigues, lo persigues desde la vocación, rendirse no es una opción. Cuando has llegado a este punto con total determinación, rendirse no es una opción. Cuando quieres convertir en trabajo tu pasión, rendirse no es una opción.
Limpia, llora, ventila si es necesario. Respira. Recomponte y prosigue tu ruta. Si tu senda está cortada, busca una alternativa, sal de los márgenes marcados. Porque a Roma llevan todos los caminos, los atajos y los desvíos… solamente cuando tienes claro que Roma es tu destino.