A veces me gusta escribir desde un punto de vista más personal. Me produce cierto rubor no por lo que conlleva de exposición sino porque lo de ponerse a uno mismo de ejemplo puede ser signo de vanidad. Creo sinceramente que no es el caso, con mi carrera profesional en plena transformación, con un rumbo marcado en el horizonte pero sin haber alcanzo el objetivo que me he propuesto, desde luego no es tiempo de sacar pecho.
Lo quería dejar claro porque el artículo de esta semana no está basado en logros o en evaluaciones externas sino en mi propia percepción.
Después de varios cursos de liderazgo o de coaching, de diversas lecturas y de múltiples experiencias. Después de mucho escuchar, observar y reflexionar, un día descubrí un modo sencillo para ser un mejor profesional.