Prometo que no lo hago aposta. No hablo como Gandalf cuando estoy con mi hijo, y no trato que cada frase contenga una enseñanza… ni quiero, ni puedo.
Pero ha vuelto a pasar , un comentario dicho de manera espontánea me ha llevado a una reflexión mucho mayor. Sucedió hace un par de semanas, cuando entró en modo llanto desconsolado porque un globo se le explotó.
Dije lo primero que vino a la cabeza, que resultó ser: “Hijo, los globos son así, hay que disfrutarlos cuando están hinchados, porque tarde o temprano acaban desinflándose o explotándose…” Hice una pausa, y una conexión se produjo en mi cerebro. Entonces concluí: “… como todo en esta vida”.