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Hasta que la muerte no nos separe. Robarle horas al sueño para conseguir un sueño

Os presento Hasta que la muerte no nos separe.

Bienvenidos a un post de autopromoción, pero sin duda también un post especial. Creo sinceramente que la publicidad no está reñida con la autenticidad si lo que compartes es una ilusión. Como muchos sabéis, la mía es que de mayor quiero ser escritor.

Y para conseguir ese sueño, la bendita paradoja es que tengo que robarle horas al sueño. Y merece la pena cada minuto robado, cuando llega este momento.

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Meses, años, imaginando vuestras sonrisas, vuestra cara de sorpresa, vuestro asentimiento cómplice. Pensando también que, por qué no, sea esta la novela que caiga en las manos adecuadas, que la haga conocida, y que enamore a algún mecenas con posibilidades, hasta el punto de querer pagarme la hipoteca. Por soñar he soñado que se transforme en una serie de éxito, con trabajo y tiempo podría desarrollar sobre el papel las cuatro temporadas que tengo en mi cabeza. Me harían después hijo predilecto del pueblo de mis padres, y daría un pregón que haría sentir orgullosos a todos mis familiares. Además, Iturriaga se divertiría con el cameo involuntario que tiene en mi novela, me invitaría a su programa para hablar de baloncesto, y en unos años me ficharían de comentarista para las próximas olimpiadas.

Los sueños son así, no tienen por qué tener límites, ni sustento lógico, solo abrazar tus deseos. Y es que, puestos a soñar, soñemos a lo grande. Estoy convencido que es el mayor propósito de eso que llamamos imaginación.

Soñaré mientras viva, soñaré cuando muera si me dejan, e incluso, si es necesario, soñaré mientras duerma.

Creo que uno de los secretos de la felicidad es sembrar sueños a lo grande, pero luego recolectarlos con humildad.

Disfrutar con los frutos que den, sean copiosos o no, se parezcan o no a lo que había en tu imaginación. Son frutos sabrosos porque nacen de una semilla de ilusión, y por eso hay que deleitarse con ellos sin enfrentarlos con las expectativas iniciales.

¿A qué viene esta charla? Bueno, pues esta charla pretendía ser el prolegómeno para deciros de nuevo que hoy he venido aquí a presentar “Hasta que la muerte no nos separe”, pero aclarando que lo hago con traje de recolector humilde.

Solo que os apetezca leerlo me llenará de alegría, que lo leáis me llenará de agradecimiento. Y si lo leéis, y compartís conmigo vuestras sonrisas, vuestra cara de sorpresa o vuestro asentimiento cómplice… me llenará de felicidad, porque estaré recolectando pedacitos de ese sueño, que, de manera efímera, y en mayor o menor medida, se está haciendo realidad.

Seguramente dar pequeños mordiscos a los frutos de tus sueños es la mejor manera de ser feliz sin peligro de empacho, y cuando digo “empacho”, quiero decir “volverse gilipollas”.

En fin, ojalá que disfrutéis con “Hasta que la muerte no nos separe”. Ojalá que nos una. Ojalá que las emociones que os despierte sirvan para que siga queriendo robarle horas al sueño para conseguir mi sueño.

De todo corazón, gracias.

Jesús Garzás

4 Comments

  1. Gracias Jesús. Acabo de comprar el libro y espero que me llegue a tiempo para llevarlo de vacaciones y disfrutarlo es esas tardes de vacaciones en las que todos duermen la siesta mientras yo leo. Gracias por soñar a lo grande y regalarnos tus horas de sueño en forma de libro. !Ahora a descansar. !Felices vacaciones!

    • Gracias a ti, Celia! Me hace mucha ilusión que me leas en formato de larga duración. Espero que te llegue a tiempo creo que es una lectura ideal para las vacaciones, esta tarde meto prisa a los de la editorial :)
      En fin, insisto me faltan palabras para agradecerte tu apoyo desde el otro lado de la pantalla. ¡Felices vacaciones!

    • Qué alegría leerte por aquí, Joan! Y más aún leer que me leerás!! Espero que guste y estaré encantado de conocer tu opinión.

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