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¿Qué es “En buena compañía”?

No llegamos solos a este mundo, sino en buena compañía.  Y nuestro nivel de felicidad a lo largo de la vida va a venir influenciado, salvo en el caso de ermitaños recalcitrantes, por las personas que tengamos a nuestro lado a lo largo de los años: familia, amigos, pareja, colegas del asilo…

Lo mismo sucede en la vida laboral.

La diferencia entre esa persona que el domingo por la noche adopta posición fetal en una esquina del sofá mientras contiene las lágrimas que luchan por asomar a sus ojos  y esa otra que prepara con ilusión y alegría sus adminículos laborales es, sin duda, la buena compañía.

Pero,  ¿qué es estar en buena compañía?

 


Pues de esto vamos a hablar en este blog mientras la creatividad y los lectores me acompañen.  De las buenas compañías desde un punto de vista laboral, en su doble acepción, empresa y personas que tenemos a nuestro lado en nuestro día a día.  Cobrarán relevancia temas como el desarrollo personal, la gestión del talento,  la motivación, los cambios culturales a través de los valores o el liderazgo. Hablaremos también de cómo la tecnología pueda ayudar a que todo sea más sencillo.  Además intentaré aderezar mis contenidos siempre con un punto (o varios) de buen humor,  las buenas compañías siempre te hacen sonreír.

Me siento con cierta autoridad moral para hacerlo,  también me siento afortunado.  Y es que a lo largo de mis 17 años de carrera profesional puedo decir que he estado en buenas compañía y bien acompañado.  He contemplado el mundo empresarial desde tres perspectivas diferentes: la del trabajador normal, la del jefe en el área  tecnológica  y, desde hace un par de años cuando decidí centrar mi carrera en temas de desarrollo, la de recursos humanos.  No sé si esto me ha hecho más sabio, pero sí sé que ha ensanchado mis miras y me ha quitado bastantes prejuicios de encima.

Me encanta escribir y tengo historias que compartir basadas más en la experiencia que en la teoría (aunque ésta no venga mal de vez en cuando), así que aquí empiezo una aventura en la que espero gozar por supuesto de buena compañía, la vuestra, queridos lectores.

Y antes de concluir este post de presentación quería sacar a la palestra una pregunta que viene a colación con el nombre de este blog.  Cuando nos referimos a una empresa, ¿qué entendemos por buena compañía?

No es una pregunta para nada inocente o casual. Y es que a lo largo de los años he visto a mucha gente referirse a la  bondad de una compañía en función de su cuenta de resultados, la relevancia de su marca, el número de sus empleados u otra serie de datos fríos que no tienen nada que ver con mi visión de la cuestión.

Yo entiendo por buena compañía lo mismo cuando hablo de una empresa que cuando hablo de una persona.

En mi opinión las buenas compañías son aquellas que se preocupan por tu bienestar, por tu presente y por futuro,  que desean tenerte a su lado porque están convencidas que gracias a ti todo será un poco mejor, que te animan a crecer, que te dan autonomía y capacidad de decisión convencidos que la mejor garantía de éxito es asegurar que tu pasión y tu felicidad se mantienen vivas en el día a día.

Por eso, sí, seguramente Claudia Schiffer (me delato aquí en gustos y edad) podría parecer a priori una buena compañía, líder en su sector y con una gran cuenta de resultados. No cabe duda que podría alardear de estar con ella ante mis amigos. Pero, ¿y si la buena de Claudia a pesar de dejarme compartir sus encantos, también me utiliza, se olvida de mi cumpleaños y en cuanto puede me la pega con otro?

Vamos, que la moraleja final es que a la hora de buscar una buena compañía, como en todo, no conviene quedarse sólo en las apariencias.

Jesús Garzás

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