Advierto ya de antemano que este post va a contener dos elementos que a mí personalmente no me atraen como lector de blogs. A cambio uno que sí lo hace, y mucho.
Es un post eminentemente publicitario. ¡Publican mi primera novela! ¿Cómo podría evitarlo?
Es también un post de “Mirad, lo he conseguido”, algo que a veces según se enfoque puede dar cierto repelús. Intentaré que no sea así.
Pero es ante todo un post de compartir alegría, un post que me sale de dentro. En una palabra, auténtico.
Este es el post que siempre quise escribir, incluso antes de que existieran los blogs. Es la culminación de una batalla interna, una lucha por querer se escritor a la que siempre le faltaba esa publicación que ahora está a punto de ver la luz.
Escritor es una palabra que me produce mucho respeto, y aunque siempre me he sentido como tal, hasta hoy no me había sentido digno de utilizarla. Como un árbol que no se siente árbol sin sus hojas. Las raíces, el tronco, incluso las ramas siempre han estado ahí, pero mi invierno ha sido largo, y no ha acababa de llegar la primavera, de salir esos brotes verdes que me permitieran llamarme árbol. Un invierno de 45 años que me convierte probablemente (al menos en mi imaginación) en la joven promesa más vieja del 2018.
¿Por qué tanto tiempo? Seguro que hay muchas razones por las que alguien que cuando tenía 10 años ya se atrevió a empezar una novela (aunque quedó inacabada) ha tardado tanto en ser publicado, pero probablemente la principal, o por lo menos la que más juego nos va a dar en un blog como este es la siguiente: La lucha entre las creencias internas y las creencias limitantes extendidas en nuestra sociedad.
Desde que nacemos asumimos verdades que nos vienen impuestas desde fuera, hasta tal punto que llegamos a defenderlas incluso cuando contradicen nuestra verdad interna, esa que nos grita desde dentro, esa que se rebela incluso cuando la amordazamos.
En mi caso, por alguna razón, asumí como verdad un dato estadístico, vivir de escribir es complicado. Un dato, que como cualquier dato estadístico no aplica a todo el mundo…. Porque afortunadamente hay gente que sí vive de escribir.
Yo lo creí, mea culpa. Más bien lo acepté porque era más cómodo (que es lo que suele pasar en realidad). Con mis notas había formas más fáciles de ganarme la vida. Y lo más triste, lo de fácil está más relacionado con la recompensa que con el esfuerzo. No era una cuestión de horas invertidas sino de paciencia por sentir que éstas eran recompensadas.
Estudiando informática tuve ofertas de trabajo antes incluso de acabar la carrera. Y lo malo es que, una vez estas metido en el mundo laboral, las actividades no remuneradas las empiezas a considerar “ocio”. Mientras “solo” estudiaba la carrera tuve tiempo de escribir dos novelas. Nunca sabré si válidas o no, porque no supe bien cómo moverlas, o más bien, engañado por esa creencia extendida de lo difícil que era que te publicaran, no puse demasiado empeño en hacerlo. Una vez empecé a trabajar, mi tiempo para escribir decayó, y aunque necesitaba hacerlo (para mí es casi como respirar) y lo hacía, buscaba modos de hacerlo que pudieran adaptarse a los huecos que me dejaban las otras cosas “importantes” de mi vida. Por eso, durante casi 20 años escribí muchas cosas, pero siempre cosas cortas: poesía, posts en blogs (sobre todo en el blog de De Cabo), y, más que nada, monólogos de humor.
Pues bien, aun habiendo decidido de manera inconsciente, que mi mayor pasión, la escritura, iba a ser “ocio” en mi vida, pasados los 30 me llegó una oportunidad para vivir de ello sin buscarla. Y de nuevo los miedos, mis miedos, perdieron la batalla frente a las creencias limitantes. Alguien de la tele que había visto mis monólogos me ofreció trabajar de guionista en un programa de televisión… Pero claro yo ya tenía una buena posición en una multinacional, de hecho, me acababan de promocionar por segunda vez. Aunque mi voz interior lo tenía muy claro, los miedos de la sociedad y, por supuesto, los míos internos me decían que: ¿Quién iba a dejar un buen trabajo fijo y en el que estaba feliz por una oportunidad temporal (los trabajos en la tele son así)? Ese tren solo pasó una vez y no supe, más bien, no me atreví a cogerlo con la pasión y la dedicación que mi voz interior solicitaba.
Y llegó el coaching, me formé como coach, y aprendiendo formas de ayudar a los demás, aprendí también a reconocer por fin mi voz interior y distinguirla de la de mis saboteadores (miedos). Y cuando tomas consciencia, vivir de acuerdo con tus valores se convierte en una necesidad. Y entonces arriesgué en un cambio profesional que me acercó a esa parte humanista ligada al desarrollo personal que tanto me atrae (cuando leáis la primera novela la reconoceréis en algunos fragmentos), y lo hice sabiendo que esta nueva posición me daría también algo más de tiempo para escribir (compitiendo con el que ya necesito para este blog). Decidí concederle una hora y media todos los días a esta novela que está a punto de ver la luz.
Hoy estoy aquí para presentaros mi primera novela publicada “Los besos que no se dan”. Como veis es mucho más que un libro. Representa un sueño hecho realidad, el triunfo de mi voz interior frente a los saboteadores que me contaban lo difícil que sería, más aún con mi edad. Agradezco a Éride haber confiado en mí, y a todos los que a lo largo de un camino que ha durado cuatro años también lo han hecho y con su confianza cerraron la boca a los miedos.
“Los besos que no se dan” es una novela paradójica pues siendo la conclusión de una larga lucha interior, el final de un camino, es también el comienzo de otro. Porque mi voz interior no se conforma, ahora más que nunca tiene argumentos de peso para gritarme que ante todo soy escritor. Y, además, no sé si debería decir esto estando de promoción de mi primera novela, llevo días silbado porque las piezas del puzle de mi próxima obra han empezado a encajar en mi cabeza y creo que va a ser la caña, que le va a dar mil vueltas a ésta.
Prometo seguir luchando contra las creencias limitantes y contra mis miedos. Prometo cumplir mi parte del trato.
La otra parte, queda en vuestras manos. Ojalá os apetezca leerme y ojalá que os guste. Los besos que no se dan es una novela ligera cuya mayor pretensión es entretener, sacando sonrisas y, si puede ser, alguna reflexión. Es mi primer paso, seguro que puedo hacerlo mejor, pero es la presentación de mi estilo de escribir en sociedad. Me gusta el humor, la ironía, la nostalgia, la reflexión. Me encanta mezclar sonrisas con puñetazos (metafóricos) en el estómago. Todo eso lo vais a encontrar aquí.
Muchas gracias por leer este post tan especial, muchas gracias también si os leéis mi novela y me dejáis algún comentario constructivo para seguir creciendo. Pero, sobre todo, muchas gracias si decidís que merece la pena escuchar vuestra voz interior y plantar cara a esas creencias limitantes que os hacen dudar.
Fechas de publicación
Ya está disponible en la tienda online de Éride Edicciones:
Disponible en Casa del Libro y Amazon y también en el resto de librerias, aunque las recibirán a partir del 12 de Febrero
Fechas de presentación
- La oficial : día 1 de Marzo a las 19:00 en la Librería Bubok C/ Vizcaya 6 – Esta yo creo que va a tener un toque más emotivo, aunque alguna chorrada diré para no perder mi esencia
- La informal: día 3 a las 18:30 en La Flauta Mágica, una presentación en la que me acompañaran Rebeca y Laura de los Críticos Cítricos…¿Quién quiere sinopsis pudiendo contar de qué va la novela con monólogos?
- En Daimiel: El día 28 de Marzo a las 19:30 en la Casa de la Cultura…. me hace también mucha ilusión porque mis raíces son daimileñas.
Hola Jesús,
Me ha encantado el título, muchos éxitos con la novela! ¿Esta disponible en Amazon?
Muchas gracias, Verónica! Ya me contarás qué tal te parece es un registro bastante diferente al de este blog
Sí, esta disponible en casi todas las tiendas online, y en cualquier tienda física bajo encargo.
Felicidades! Me alegro mucho de ver tu proceso culminado en un libro que sólo de primeras, ya parece interesantísimo! Todo un ejemplo de superación.
Gracias, Maria! Me alegro de que te suene interesantísimo! Lo de ejemplo de superación ya le queda un poco grande
Jesús!! Muchísimas felicidades!! Me alegro muchísimo por ti. Un sueño hecho realidad. Me lo pienso leer
Saludos!!!
Nuria!! Que bueno saber de ti de vez en cuando. Me hace mucha ilusión que te lo leas, además me suena que tú te leíste aquella primera novela que hice en tiempos de la universidad. Vas a poder comparar el antes y el después

¡Y tendrás tu dedicatoria!
Enhorabuena Jesus!!! Yo también pienso leermelo!!! Un abrazo y los mayores éxitos… seguro que este será el 1o de muchos!!!
Muchas gracias, Raquel! Qué bueno leerte por el blog!Habrá más! Y espero poder firmartelos!
Felicidades mi amigo, eres muy emprendedor y la vida te va a recompensar. Saludos
Gracias a ti por tu apoyo constante, Juan Carlos!!
Estoy leyendo tu libro, Jesús.
De momento me gusta, me parece muy entretenida.
Ya te contaré.
Genial! Ya me contarás… por cierto, ¿quién eres?… por tu nombre de usuario y por tu IP… deduzco que Pedro ¿He acertado?
Muchas gracias por leer la novela!!!!
No, no soy Pedro
Ya os contaré. A ti y a Carolina 
Voy despacito, que leo poco.
¡Sapristi! Desconcertado quedo con tu identidad… que la IP fuera de Amsterdam era una buena pista… pero a lo mejor es sólo la de tu proxy
En fin, seas quien seas disfrútalo… despacito… y con humor
Jesus, me lo he terminado.
Me ha gustado.
Entretenido y divertido.
Me ha parecido original, lo de mostrar el punto de vista de los personajes. Aunque admito que al final me he liado un pelin, pero vamos, poco.
Hombre, Luis! Eras tú el lector peligroso, me parece a mí que lo de la dirección IP no lo miré muy bien.
Me alegra que te haya gustado la novela, al final después de escribir tantos monólogos para otros, me he acostumbrado a ponerme en el punto de vista de los demás.