Qué mejor que utilizar la última victoria en la Copa de Europa del Real Madrid para hablar de ese concepto a veces tan denostado (cada vez menos) como es el de cultura de empresa. Que sí, que es posible que yo sea un poco madridista, pero no escribo esto con fines propagandistas. Que conste en acta.
Lo que no es tangible, literalmente, aquello que nuestros ojos no pueden ver, siempre estará puesto en entredicho por las mentes más estrechas. Por eso cuando hablamos de cultura corporativa siempre surgirá algún escéptico que hable de inventos de gurús de consultoría.
Las victorias del Real Madrid hablan de resultados, eso que exigen tanto los más descreídos. Pero la dimisión de Zidane también nos da otra lectura del fenómeno “cultura”.