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Traer el coche de Regreso al futuro. Caso real de éxito de Employer Branding

No podía ser de otra forma. Hoy 21 de Octubre de 2015 Marty McFly llega del pasado con su Delorean y no se me ha ocurrido una mejor forma de recibirle que rememorando el día en que gracias a él realizamos una de la acciones de employer branding más exitosas y menos planificadas que recuerdo.

Sí, paradójicamente gracias a esta historia hoy haré un regreso al pasado y no al futuro. Me toca meterme en el rol de abuelo Cebolleta y hacer memoria acerca de uno de esos días especiales que de vez en cuando suceden en tu oficina, en tu vida.

regresoalfuturomarco

Todo comenzó cuando me presenté voluntario para preparar un evento que conmemoraría el décimo aniversario del centro en el que trabajaba entonces. Siempre me ha gustado meterme en estos saraos, no lo voy a negar, pero este era demasiado especial para perdérmelo, yo era uno de los pioneros que había comenzado diez años atrás y mi fecha de partida estaba ya marcada en el horizonte cercano.

Así que mentiría si dijese que el employer branding era una de mis prioridades en aquel momento en su sentido más marketiniano (perdón por el abuso de anglicismos). Mi prioridad era conseguir que aquel día fuera memorable para todos al menos tanto como lo iba a ser para mí. Y quizá ese fue uno los motivos del éxito, de manera inconsciente llegué al marketing desde el corazón y no, como se suele hacer otras tantas ocasiones, en el recorrido inverso, pretender llegar al corazón a través del marketing.

Todo surgió durante la tormenta de ideas de la primera reunión del grupo de trabajo. Como toda buena idea necesitaba tres factores para ser elegida, un loco al que se le ocurra, otro más loco que se la crea y un sponsor contagiado por la locura que la financie. Se le ocurrió a un compañero, pero nada más oírla yo fui el pirado que creyó en ella. Éramos un centro de informática global, donde el frikismo no brilla precisamente por su ausencia, y cuando alguien nombró medio en serio medio en broma lo del Delorean de Regreso al futuro vi que era una apuesta segura, un icono de proporciones internacionales que iba a enganchar. Aunque en aquel momento creo que sólo yo y quien lo dijo en alto veíamos alguna posibilidad real de llevarlo a cabo.

Lo primero era aterrizar aquella idea, y para ello lo prioritario era ver si era factible y por cuanto. Un poquito de Google y un par de llamadas de teléfono después supimos que no estábamos ante una idea de bombero sino ante algo, que aunque caro, era realizable y mejor aún, dentro de presupuesto. Había un Delorean en España. Mi convencimiento era total y cada vez me lo pasaba mejor imaginando la sorpresa que podríamos dar a todos los compañeros.

El siguiente escollo era convencer a la dirección del centro que aquella inversión valdría la pena, teniendo en cuenta que un alquiler de coche se iba a llevar la mayor parte de la partida asignada para el evento. Tras una conversación de pasillo en la que comenté la idea de manera informal a uno de los miembros del comité obteniendo a cambio una mirada condescendiente, de esas que le echo yo a mi hijo cuando me pregunta si podemos ir en metro a Australia, decidí que había que trasladar aquello a términos de employer branding.

Fue entonces cuando empecé a pensar en el impacto que aquello podría tener en las redes sociales en un periodo de contratación y posiciones abiertas, y cuando tuve claro que aquello serviría de refuerzo al orgullo de pertenencia. Entonces me di cuenta también que el Delorean honraría algunos de nuestros atributos (competencias) clave que acabábamos de definir y presentar a los empleados: Curious, Smart, Multicultural y Fun  :-D

Por eso decía al principio que no fue planificado, pero quizás es con la perspectiva del tiempo, cuando me doy cuenta mirando este caso de éxito, que la clave para la cualquier acción positiva de employer branding es el conocimiento de la gente a la que quieres llegar, la motivación y, sobre todo, ponerle mucho sentimiento. Si lo que quieres es enamorar no te puedes olvidar del corazón, ni tampoco puedes impostarlo. Necesitas ser auténtico.

Por eso, de nuevo con la perspectiva del tiempo, pienso que lo que convenció al comité de dirección no fueron las palabras sobre employer branding y retorno de inversión como quise creer entonces, si no el entusiasmo, la pasión y el brillo que rezumaban mis ojos al trasladar mi visión de cómo sería ese día.

DeloreanPolaroid

Así que finalmente el coche de Regreso al Futuro llegó al edificio con nocturnidad y alevosía. A la mañana siguiente recibió a todos en la puerta principal. En términos de impacto aquello superó mis expectativas, fueron pocos los empleados que se resistieron a poner su foto con el Delorean como la de su perfil en distintas redes sociales, incluyendo LinkedIn, y fueron muchos los comentarios que generaron, casi todos los que venían de fuera del centro con un mensaje común: “Yo quiero trabajar allí”.

No he podido resistirme a escribir precisamente hoy sobre el tema ni tampoco a dejar un testimonio gráfico de aquel momento. Un testimonio que incluye a un Marty McFly y a un Doc que no fueron unos figurantes externos, sino unos compañeros escogidos a propósito para ese día y que de este modo cerraban una bonita historia sobre cómo se le puede dar la vuelta a un fallo con una sonrisa, pero esa historia, en todo caso… la dejaré para otro día.

Jesús Garzás

5 Comments

  1. ¡Qué bueno Jesús! No me lo puedo creer ;)
    Un gran mérito haber convencido a la Dirección sobre una iniciativa de “Engagement” y no de “ROI”

    • No fue tan difícil, lo bueno de llevar mucho tiempo en un sitio es que la confianza la llevas ganada de antemano. Gracias por seguir leyendo el blog!!1

  2. ¡Qué gran artículo Jesús y qué bien traído! Fue un placer ser el loco al que se le ocurrió y, más aún, hacerlo juntos. Lo recordaré como uno de los momentos más especiales y divertidos de toda mi vida profesional (y fuera de ella). ¡Me has tocado la fibra!

    • Grande Iker! Está claro que no es casual que cuando mejor te lo pasas, mejores suelen ser los resultados.

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