Aunque ha conseguido ser palabro de moda, la resiliencia, la auténtica, viene exenta de vanidad. Detesta los focos.
No necesita ser exhibida, ni necesita grandes alharacas, lo suyo es estar ahí en la sombra para cuando se la requiera… y más temprano que tarde, esto suele suceder.
La vida en general, y más específicamente en el contexto de este blog, la profesional, no suele ser un camino recto. Hay curvas, hay cambios (de rasante), y nuestra capacidad de adaptación será la que nos permita mantener el rumbo para alcanzar nuestras metas.