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¿Qué tecnología va a cambiar nuestra sociedad?

Ajustemos expectativas antes de empezar: esto no va de respuestas, sino de preguntas, como la del título, que debemos hacernos constantemente en las áreas de formación si queremos que nuestros contenidos marquen diferencias en el aprendizaje de los profesionales.

Porque la velocidad de crucero que han cogido los cambios tecnológicos hace que, si queremos construir un aprendizaje con impacto, haya más posibilidades de hacerlo mirando hacía un futuro impreciso, pero probable, que hacía un pasado certero, pero en constante obsolescencia.

aprendizaje

Ojo, no se trata de denostar el pasado, reciente o lejano, desde él podemos (debemos) alzar los pilares que doten de rigor nuestras apuestas de futuro. No se puede construir ningún aprendizaje de calidad y consistencia si no hay unos buenos cimentos donde sustentarlo. Es a la hora de marcar las diferencias donde la curiosidad por lo que viene debe guiar el camino.

En una sociedad donde el ritmo de los cambios nos lleva a todos con la lengua fuera y con el miedo constante a quedar rezagados, la anticipación es la única vía de obtener un respiro a la vez que hacerse con el control de la situación.

Es por eso que en el aprendizaje corporativo donde tanto gusta ahora hablar de upskilling y reskilling no debemos perder de vista que las acciones que acarrean estos anglicismos solo tienen sentido (e impacto) si hemos identificado correctamente el skill sobre el que las vamos a aplicar. Actualizarse y aprender cosas nuevas, sí, pero… ¿qué?

Es aquí donde surge la pregunta que da título a este post: ¿qué tecnología va a cambiar nuestra sociedad? Así como otras del tipo: ¿qué habilidades o conocimientos debemos desarrollar para anticiparnos al resto? ¿Qué debo aprender hoy para ser un referente mañana?

La curiosidad, como siempre que hablamos de aprendizaje, será la primero, pero después toca jugar a adivinar el futuro. Y en estas lides resulta mucho más útil que una bola de cristal o unas cartas de tarot, consultar a los expertos, a esos que ya acertaron alguna vez en el pasado, a esos que viven en el presente con el margen de tranquilidad que les dio haberse anticipado a los demás.

A día de hoy apostar sobre seguro en el aprendizaje supone colocar al aprendiz a la cola del pelotón, que siempre es mejor que ir rezagado, y que según tus propósitos no tiene por qué ser una mala opción. Pero, si quieres liderar la carrera debes adentrarte en terrenos menos trillados.

El aprendizaje es como el fuego en la prehistoria, clave para el desarrollo de nuestra tribu, imprescindible para iluminarla. Si ellos obtenían el fuego quitándolo a otra tribu o por un rayo que se lo traía por casualidad, tenían muchas probabilidades de volver a la oscuridad. Si lo hacían aprendiendo a generar la chispa que podía prender la llama, no sólo tenían el fuego, tenían la seguridad de no volver a las tinieblas.

Formar es cada vez más un ejercicio de enseñar a crear chispas, y, por coherencia, debe comenzar con un responsable de formación generando las propias chispas que ayuden a prender el fuego que ilumine a su organización.

La formación no marca diferencias cuando se dedica a la mera administración de cursos y contenidos, lo hace cuando pregunta, lee, indaga, se codea con expertos y dedica su tiempo a averiguar las teclas que hay que tocar para liderar los cambios que con toda seguridad están a punto de llegar.

La formación, la buena, debe ser cada vez más innovación, anticipación, y por qué no, una pizca de intuición.

 

 

Making Fire With Sticks by Gan Khoon Lay from NounProject.com

Jesús Garzás

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