Las competencias son las vertebras que forman la columna del plan de desarrollo de cualquier persona. Podemos hablar también de habilidades o, ahora que el upskilling y el reskilling son trending topic, podemos decantarnos por la siempre chic versión anglosajona, el skill.
En cualquier caso, y con sutiles matices, hablamos siempre de lo mismo, una unidad de medida para el talento que nos permita objetivar nuestro crecimiento profesional lejos de los calificativos, más o menos descriptivos y muchas veces improvisados, que suelen protagonizar las conversaciones exprés jefe-empleado.