La conversación sobre valores, competencias, sus diferencias, y por qué son necesarios los unos y los otros se está convirtiendo en un clásico de mi carrera en Recursos Humanos.
En mi cabeza siempre ha estado claro, pero a la hora de entrar en debate muchas veces me enzarzo en detalles específicos que enredan la discusión a nivel conceptual. Así que el propósito del post de hoy no es sólo compartir con vosotros mi visión al respecto sino también ordenar mis ideas sobre el papel.
El ritmo de publicación en el blog de un post por semana hace que normalmente tenga que recurrir a mi experiencia profesional y personal para alimentar mis artículos, sin beber antes en otras fuentes de información (vamos, que escribo a la carrera). Así que podemos considerar el post de hoy una excepción. Me ha dado una vuelta por la red y me he tomado tiempo para leer lo que otros escriben sobre el tema. Se puede decir que he estado viendo los catálogos de otras tiendas de decoración, antes de contar como tengo amueblada mi cabeza.
Como siempre he encontrado discrepancias entre las distintas fuentes, pero me ha alegrado constatar que existen bastantes puntos de conexión entre aquellos que consideramos los valores y las competencias claves a la hora de definir la cultura de empresa.
Tradicionalmente me gusta iniciar este debate de modo poético diciendo que los valores se escriben con el corazón y las competencias con la cabeza, pero, por desgracia, la poesía no es precisamente un valor (ni una competencia) muy apreciado en las grandes empresas.
Así que voy a tratar de hacer un post más formal, casi como si fuera una entrada de la Wikipedia.
¿Qué es un valor?
Los valores son sentimientos. Dentro de una compañía, son sus ideales, lo que nos ayuda a definir aquello que creemos más importante. Son esas guías internas que nos orientan para navegar por el mundo (empresarial, en este caso).
¿Qué es una competencia?
Las competencias son acciones observables. Bien definidas deben ser coherentes con nuestros valores y nos deben ayudar a plasmar estos en cada acto cotidiano. Cada competencia agrupa un número de comportamientos.
¿En qué se diferencian?
La principal diferencia a nivel práctico es que las competencias se pueden medir y los valores no. El valor está más unido al qué (es importante) y la competencia al cómo (lo aterrizamos en nuestro día a día). Volviendo al símil poético, los valores son nuestras musas, las competencias nuestros versos.
En muchas ocasiones valores y competencias se mezclan y se confunden. Sobre todo cuando vemos que algo con el mismo nombre es una competencia para una empresa y un valor para otra. Pero, desde un punto de vista teórico, esto es posible, porque lo que hará que sea una cosa o la otra es el nivel de detalle con el que la vamos a definir. Si la aterrizamos en comportamientos, será competencia. Si nos quedamos en un nivel más conceptual será valor.
Se podría decir que una competencia debería ser un valor puesto en acción.
Creo que las unas y las otras se necesitan y se complementan. Una empresa con valores y sin competencias tendrá dificultades para trasladar al día a día de sus empleados sus propósitos e ideales. Una empresa sin valores y con competencias será como un explorador aparentemente bien pertrechado pero caminando sin brújula.
No hay fórmulas secretas para definirlas. Pero sí que es importante que ambas estén presentes y que se haya tenido en cuenta su relación a la hora de la definición. A mí me gusta impregnar con los valores los comportamientos de las competencias, otros lo harán de otras maneras. Lo importane es no seleccionarlos al tuntún, establecer un criterio y dedicar tiempo a su creación. Que existan y se trabajen ya es un éxito. Es el éxito de saber que existe una verdadera cultura latiendo bajo tu empresa.
hiking level two by DiabloTim from the Noun Project
Muy buen análisis.
Muchas gracias por pasar por el blog y dejar tu comentario, Claudia.
Puedo ser solidario con quien compito? Evidentemente que NO, por lo tanto ¿no son dos cosas antagonistas? Si la solidaridad es un valor, en consecuencia la competencia no pasa un anti valor? Vemos lo que pasa en el Deporte, en el fútbol por ejemplo solo se quiere ganarle al otro; así se golpean entre jugadores, los hinchas hasta se matan, pero en el deporte nadie piensa y nadie dice nada. Los mismos jugadores dicen no ser deportistas, dicen ser trabajadores del deporte. Se eliminó la esencia del deporte, cuerpo sano mente sana como decían los antiguos Griegos.
En el Bullying, lo que pasa en las escuelas que por competir por la belleza o por sus calificaciones, los jóvenes se cortan el rostro, se golpean, y se odian.
Pregunto, ¿El alumno inteligente con mejor promedio de una escuela, es responsable de haber nacido con esta cualidad? Lo mismo pregunto del más lento o menos inteligente o con una discapacidad, no tiene ninguna responsabilidad por ello. ¿Es un mérito haber nacido inteligente?
Es como darle merito a alguien que nació rubio de ojos celestes, en una familia adinerada, y que por ello se lo admire porque gana cuando compite con otro que no lo es, denigrándolo.
El más inteligente, debe ayudar a quien no lo es, y quien recibe tal ayuda debe aceptarla amablemente; ambos haciendo uso de la práctica del Amor.
No olvidemos que el Amor es el valor fundamental para la vida.
Teniendo en cuenta lo expresado, pienso que se debería eliminar el abanderar al mejor promedio de las escuelas, porque esto crea, al abanderado, un sentimiento de soberbia mirando al otro como algo inferior, y al resto le crea resentimiento, dos sentimientos totalmente negativos que no debemos alimentar y que algún día deberíamos comenzar a dejar de hacerlo.
Recomiendo ver la película, “Una mente brillante” donde se relata la vida del matemático John Forbes Nash, quien recibió el premio Nobel en economía, año 94.
Muy Bueno que exista un sitio como este para aprender
Gracias por tu comentario, Leordan. Es de los que dan energía para seguir escribiendo nuevos posts.
Hola Jesús Garzás
Recibe un cordial saludo y sirva la presente para felicitarte por tu aportación. Me gustaría saber si eres jefe de recursos humanos y la empresa, ya que estoy escribiendo sobre la cultura organizacional de las empresas e instituciones de ducación superior
Gracias por dejar tu comentario, Alfredo. Aunque he ocupado posiciones de responsabilidad en la gestión de talento, no ostento una posición de jefe de recursos humanos , siento no poder ayudarte.
Hola Jesús,
Gracias por compartir, interesante análisis comparativo. Si Pudieras compartir un ejemplo práctico aplicado a una empresa real de Valores, competencias genéricas y competencia específicas sería bárbaro.
Saludos desde Perú!
Jorge,
Muchas gracias a ti, Jorge, por dejar tu comentario. Anoto tu sugerencia para un futuro post, tendría que documentarme para hacerlo con alguna empresa que fuera conocida por casi todo el mundo.
Me gusta tu explicación, Jesús, y estoy de acuerdo con ella. Desafortunadamente, este tipo de posts se quedan siempre cortos, casi vacíos, cuando no incluyen al menos un ejemplo. Hubiera estado bien.
Así que intento aportar con una pregunta para seguir aquí la conversación que genera el texto.
¿Puede considerarse la “Orientación al cliente” un valor? ¿En caso afirmativo, cuál sería la manera de reflejarlo o transformarlo en competencia? Estoy de acuerdo en que una manera es trasladarlo a comportamientos:
-Mantener una actitud de interés y actualización constante respecto a información clave sobre el cliente
-Analizar y comprender las necesidades y prioridades del cliente
-Contrastar cómo la toma de decisiones y puesta en práctica de acciones impactan de manera más o menos positiva en el cliente
-Demostrar una actitud de atención y servicio profesional en la interacción con clientes
-Etc…
Pero a la hora de definir valor y competencia, ¿podemos denominar ambos como “Orientación al cliente”?
Muchas gracias por tu aportación, César! Tienes toda la razón del mundo cuando dices que los posts quedarían más completos con ejemplos… pero a veces no nos da la vida. Respecto al ejemplo sobre el que preguntas…, estamos en diferencias sutiles y trataré de responder rápido, pero cuando hablas de comportamientos orientados a qué hago para concretar “orientación al cliente” estas definiendo más de una competencia. Para hablar de valor hablaríamos más del cómo: entusiasmo, cercanía, empatía….