Esta semana vuelvo a la carga con, a juzgar por las visitas, uno de vuestros temas favoritos: Agile en RRHH.
Ya habíamos hecho un acercamiento general, y un zoom sobre cómo podríamos aplicarlo para mejorar el reclutamiento. Ese ejemplo pretendía ser una demostración de que, lejos de trasladar literalmente una metodología de desarrollo de software y esperar que haga magia, lo que pienso es que debemos intentar es interiorizar sus conceptos y utilizarlos en cada caso como mejor sirvan a nuestros objetivos.
Si os habéis leído el título del post, habréis adivinado que el proceso al que quiero someter al agilizador hoy es… la gestión del desarrollo del talento.