Las vacaciones se acabaron y ha llegado el momento de volver al blog. Y he pensado que mientras dure el verano tendría sentido hacerlo con una serie de posts que pudieran leerse igual en la desierta oficina agostera que en una hamaca playera.
Para empezar, he querido rescatar un cuento que me contaron en cierta ocasión, seguramente conocido por algunos de vosotros, y que me gusta utilizar al principio de algunos cursos o conferencias.
La primera vez que lo escuché me dijeron que era un relato anónimo sufí, lo que le dotaba de más misticismo. Pero luego investigué y descubrí que su autor es Loren Eiseley, lo que le dotaba de valor literario. Lo que yo traigo aquí es una adaptación libre que seguramente haría a su autor removerse de la tumba, pero que creo que no pierde el mensaje del original.

Seguir leyendo →