Hace muchos años, cuando una pelusilla preadolescente comenzaba a ennegrecer los bajos de mi nariz, alguien me regaló un libro diferente. Se trataba de un concepto nuevo, revolucionario y que se había puesto muy de moda: la colección “Elige tu propia aventura.”
Desde un punto de vista literario, aunque mi memoria no tenga registros muy claros, me atrevo a decir que eran bastante malos, pero el hecho de ser tú el responsable del final era lo que te empujaba apasionadamente a su lectura.
Pues bien, si planeas un cambio profesional te sugiero que recurras al formato “Elige tu propia aventura” lo que pasa es que esta vez antes de leerlo tendrás que escribirlo.